“Gracias, hermana, por haberme salvado de ser capturado por la KGB”.
“Ha sido con mucho gusto, hijo”.“Tengo que decirle, hermana, que usted tiene unas hermosas piernas.
¿Se dio usted cuenta del besito que le di en las pantorrillas?”
“Claro, hijo”.¿Se dio usted cuenta del besito que le di en las pantorrillas?”
“¿Sintió usted los besitos que le estampé en las piernas, antes de las rodillas?”
“Sí, hijo”.“¿Notó cuando fui subiendo y le cubrí las piernas de besos, arriba de las rodillas?”
“Sí, hijo”.“¿Qué hubiera sucedido si yo sigo subiendo, y subiendo y llenándola de besos?”
“¡Pues que me hubieras besado los huevos, cabrón! ¡Yo también soy un espía!”
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